Uno de los problemas que se puede producir en una red de franquicias es que haya una desconexión entre el franquiciador o la empresa matriz y los franquiciados.

Debido a una falta de comunicación entre las compañías, los franquiciados empiezan a experimentar diversos tipos de problemas que tienen que ver con la marca y se producen en mayor o menor medida en la mayoría de los establecimientos. A veces puede ser un problema general, o puede generarse en una región geográfica determinada.

El franquiciador no ha hecho bien los deberes al no mantener el debido control sobre los franquiciados, de modo que estos empiezan a facturar menos y la compañía empieza a encontrarse con unas hojas de resultados negativas, o inferiores a las expectativas que había en un principio.

Una de las maneras de tratar de cerciorarse de qué está ocurriendo es inspeccionando las franquicias para ver en qué medida no se cumplen las directrices de la empresa matriz. Por otro lado, también se pueden producir encuestas entre los consumidores para conocer el grado de satisfacción con la marca.

Colocar un buzón de sugerencias, tanto en la página web de la empresa como en las páginas de los franquiciados (si tienen), así como en los establecimientos, ayudará también a saber qué es lo que está pasando.

Después de esto, habrá que tratar de mejorar los canales de comunicación entre franquiciador y franquiciados, así como mejorar todo lo que respecta a la formación que se les presta a estos, de cara a conseguir resolver las crisis que se están produciendo.

En los casos más extremos, algunas compañías pueden llegar a retirar la licencia de franquicia de los establecimientos debido al incumplimiento del contrato, e incluso interponerse demandas civiles. Las soluciones drásticas serán necesarias cuando el asunto no pueda resolverse por otras vías.

A través de Grupoius puede contratar los servicios de sus abogados expertos en franquicias y empresas, quienes les ayudarán a mejorar la estrategia de comunicación entre franquiciado y franquiciador. 

En ocasiones, se puede llegar a pensar que, cuanto más grande es la red de franquicias, mayores beneficios está obteniendo el franquiciador a través de ellas. Aunque a veces es verdad, esto no es exactamente así, ya que hay redes de franquicias más pequeñas que, sin embargo, obtienen un mayor volumen de ventas y mayor margen de beneficios que otras franquicias más grandes.

Una red de franquicias muy amplia, distribuida por todo el mundo, generalmente tendrá un volumen de ventas muy alto, mientras que una franquicia pequeña, que sólo funciona a nivel nacional, evidentemente tendrá un menor volumen de ingresos.

No obstante, hay otros detalles en los que fijarse. Por ejemplo, cuánto obtiene el franquiciador del franquiciado según las condiciones del contrato, o los márgenes de rentabilidad que aporta cada territorio. No es lo mismo, por ejemplo, poner una franquicia en Londres que en Marrakech. Todo depende del tipo de producto/servicio, características del mercado, características de los consumidores y de la competencia, etc.

Además hay que enfocarse en cómo está estructurada la red de franquicias. Es posible, por ejemplo, disponer de una gran cantidad de franquicias, pero estar equivocándose estratégicamente. Algunas grandes compañías, por ejemplo, han tenido que cerrar muchas de sus franquicias en países y zonas geográficas enteras para hacer frente a un cambio estratégico.

Aumentar el número de franquicias sin orden ni concierto puede dar lugar, por ejemplo, a una pérdida de valor de la marca, lo cual a la compañía no le interesa para nada. La compañía desea mantenerse fiel a los valores que la hicieron grande y que pueden conseguir que siga siendo grande.

En ese sentido, es importante conocer el grado de fortaleza de nuestra red de franquicias para llevar a cabo el plan estratégico.